sábado, 20 de junio de 2015

MEMORIA DE UN PROYECTO INTEGRADO Y AGLUTINADOR

SOBRE "BESOS PARA LA BELLA DURMIENTE" COMO PROYECTO DE TRABAJO COLECTIVO


 Cuando hace ya tiempo leí lo que decía el currículum oficial sobre los objetivos y demás parafernalia pedagógica de esta materia (Proyecto Integrado) me di cuenta de que el proceso que se lleva a cabo en la preparación y montaje de una representación teatral encaja como anillo al dedo con estas directrices oficiales. Es más, parece que quien la ha ideado  estaba pensando precisamente en eso. Porque, como intentaré contar a continuación, todos los pasos que se siguen desde el encuentro inicial, casting, asignación de papeles, trabajo de mesa, memorización, el lenguaje corporal, la incorporación de la música y efectos especiales,  el primer ensayo con vestuario, el Ensayo General, el estreno, las felicitaciones de profesores y compañeros y la recepción del director en la cafetería, como broche final, van encaminados a conseguir que ese proyecto inicial sea capaz de conseguir que un grupo lo asuma como propio y el profesor que lo coordina deje de ser el responsable y se convierta en un integrante más del mismo. Lástima que no hayamos podido disponer de un horario propio y hayamos tenido que utilizar nuestro tiempo de ocio para llevarlo a cabo.

                     Todo comienza cuando cae en manos del director del proyecto una obrita que cree que puede funcionar, teniendo como actores, técnicos y espectadores a estudiantes de nuestro Instituto. El paso siguiente es el de adaptar o adecuar el texto a las condiciones y especificidad de lo que es el  teatro escolar: acortar el texto, suprimir personajes secundarios que no aportan nada a la acción principal, para que esta sea vibrante y capaz de atraer la atención de un público joven y cuya duración no sobrepase los 40 minutos, que es lo que los expertos consideran el límite que debe tener una representación escolar.

                      A partir de aquí, es cuando se convoca a los interesados en participar en el casting, se les entrega el texto que han de preparar, se realiza la selección, se asignan los papeles y se establece un calendario de ensayos. En nuestro caso, los recreos de martes y jueves.

                   
                      Es ahora cuando llega la parte más monótona.  Repeticiones y más repeticiones hasta que poco a poco van aprendiéndose los papeles.  Se incorpora la música y demás efectos. Paralelamente, dos alumnas se encargan de los decorados y del cartel. Hasta que llega el día del Ensayo General, el estreno en la UMA, dentro de las jornadas de Teatro y Escuela que organiza la Facultad de Ciencias de la Educación y, por fin, los tres días de funciones en el Instituto. En total, doce funciones, contando con la que tendrá lugar el próximo tres de junio, dirigida al alumnado de 6º de primaria de los colegios adscritos a nuestro Centro.

                        La mayor satisfacción de este profesor es contemplar, desde el patio de butacas, cómo el grupo es capaz de desenvolverse solo, resolver por sí mismos los pequeños problemas que se van presentando, verlos darse ánimos y oírlos gritar de euforia al término de cada función.

                        Y año tras año, en nuestro Departamento, en nuestro Instituto,  todos somos testigos del enorme potencial que tiene el teatro como instrumento educativo. Y no sólo ya desde un punto de vista literario o lingüístico, sino también social, en el que  valores como la tolerancia, la  colaboración, la convivencia, el respeto, la constancia, el esfuerzo y el compromiso se ponen de manifiesto  en el desarrollo del proyecto.

                                                                                           RAFAEL CLEDERA